Hace mucho que no os escribo, y tengo un montón de ricas recetas que he ido repitiendo muchísimas veces en este tiempo y que os voy a compartir para que las disfrutéis, tanto haciéndolas como con cada mordisco, y qué os parece si empezamos por unos clásicos churros, que seguro que a todos os gustan muchísimo!!
Aunque ahora ya en poco nos llega el veranito y con él el buen tiempo y ya dejamos de comer churros os voy a escribir una receta que me encanta para que la guardéis para el próximo invierno, y me contáis lo bien que os ha quedado!
Aquí en León los inviernos son muy pero que muy fríos, y no son pocos los domingos (aunque reconozco que cualquier día también me encantan) que en casa hacemos como merienda - cena unos ricos churros para disfrutar con un chocolate recién hecho, y qué os voy a contar... a Martín le vuelven loco, menuda emoción cuando ya desde por la mañana se dice en casa que podemos cenar chocolate con churros!!
Probé varias recetas y con la que me quedo sin ninguna duda es con la que se hacía en mi casa desde que era niña, la que tantas veces vi hacer a mi madre y cierto es que es infalible, la mejor, y tan fácil que no necesitáis ni apuntarla, ya lo vereis!!
¿Una buena noticia y ventaja de esta receta de churros? Que tampoco necesitáis báscula, solo una taza, tazón o jarra que usaremos para tener la medida de los dos ingredientes principales de la receta: harina y agua.
INGREDIENTES
- Una taza de agua
- Una taza de harina (la misma medida de agua, no hace falta que peséis)
- Un poquito de sal.
- Abundante aceite para freír (yo suelo utilizar AOVE, pero os lo dejo a vuestra elección)
Si os sirve de referencia, yo suelo usar 300 ml de agua de una jarra graduada, la misma medida de harina y una cucharadita de sal.
Ahora vamos a ver cómo se hace, ya veréis qué fácil es!
PREPARACIÓN DE NUESTROS CHURROS
Primero añadimos la cucharadita de sal a la harina y la dejamos reservada un momentito.
En un cazo ponemos a hervir el agua, y cuando hierva retiramos del fuego y añadimos de golpe la mezcla de harina y sal, mezclamos bien hasta formar una masa, que será más bien dura, incluso os va a costar terminar de mezclar, pero no hace falta que echéis más agua, así os va a quedar muy bien.
Una vez bien mezclada la masa ponemos a calentar un a sartén con abundante aceite (para que cubra bien los churros) y vamos rellenando la churrera con nuestra masa.
Cuando el aceite esté bien caliente comenzamos a echar los churros, dejamos que se doren y les damos vuelta, y una vez vemos que están ya bien dorados por ambos lados sacamos a un papel absorvente y les echamos azúcar por encima al gusto. Así seguimos hasta que terminemos toda la masa, que os dará para unas dos churreras y media más o menos.
Es inevitable ir probando según van saliendo de la sartén y están ya cubiertos de azúcar!!
Una vez listos a preparar chocolate, y a disfrutar de cada mordisco, cada bocado... y como no... ver la carita llena de chocolate y las manitas de azúcar de los más pequeños de la casa!!! Hasta Lucas se nos ha lanzado al plato las últimas veces que los hicimos, y con sólo 7 meses, que casi lo tira todo al suelo, pero se ve que también le han parecido irresistibles!!
El pequeño Lucas también quiere probar! |
Y la manita de Martín que sale en casi todos nuestros postres! |